Entraron en un espiral sin retorno. El pleno de la Asamblea Nacional difícilmente volverá a tener una sesión completa hasta que la presidenta Guadalupe Llori dé paso a la moción para crear una comisión multipartidista que la evalúe, junto al Consejo de Administración Legislativa (CAL), algo a lo que al parecer no está dispuesta.

El correísmo lo intentó ayer nuevamente. Aprovechando los 105 votos que apoyaron la inclusión en el orden del día del debate de una resolución para rechazar las expresiones de asambleístas “corruptos y ladrones” del presidente Guillermo Lasso, quisieron también que se incluya un artículo para que se examine al CAL.

En realidad, este plan no fue tan espontáneo. Se habría armado desde el lunes, conoció EXPRESO. La misión de plantear la resolución de rechazo a los dichos de Lasso fue encargada al legislador disidente de Pachakutik, Mario Ruiz. El resto lo dejaron al correísta Blasco Luna.

“Vamos a solicitar que se incorpore en esta resolución la conformación de la comisión para evaluar al CAL que es la cabeza de esta Asamblea. Quien nada debe, nada teme y de esta manera quien ha hecho bien las cosas será ratificado en su cargo y quien no pues tendrá que responder y dar paso a que se siga llevando adelante esta Legislatura con la frente en alto”, dijo Luna como que no dijera nada.

De inmediato se activaron las alarmas. Los asesores de Llori empezaron a buscar artículos en la Ley de la Función Legislativa y acudieron a la respuesta que dio la Procuraduría General del Estado en el sentido de que no se puede incluir la conformación de la comisión en una resolución distinta.

“Si ustedes quieren conformar la comisión tienen que incluir en el cambio del orden del día exclusivamente para conformar la comisión. Aquí se debe respetar lo que está en la ley y la Constitución, no pueden hacer lo que les da la gana”, dijo Llori a gritos.

De inmediato, la presidenta se vio rodeada de asambleístas correístas que rechazaban, también a gritos, esta decisión. Ruiz se unió a esos reclamos porque estaba dispuesto a que se modifique su resolución.

Entre los gritos se escuchaba que apelaban la presidencia de la Asamblea. Llori decía que acababa de suspen... los asesores de la presidencia pedían que el secretario lea los artículos que facultan a la presidenta a suspender la sesión.

“O vuelven a la calma o suspendo la reunión”, advirtió Llori y apenas terminó el secretario de leer la normativa legislativa decidió hacerlo “por falta de garantías” y dejó el hemiciclo resguardado por la escolta parlamentaria.

En los exteriores se armó una improvisada y sui géneris rueda de prensa que reunió a correístas, socialcristianos, rebeldes de Pachakutik y algunos independientes como Bruno Segovia.

Esteban Torres, coordinador del Partido Social Cristiano (PSC), calificó como “insostenible” la situación que atraviesa la Asamblea. “Estamos hablando de que por segunda ocasión no se vuelve a dar paso a una apelación a la presidencia de la sesión y se vuelve a suspender abruptamente. Queremos garantías para que la Asamblea empiece a hacer su trabajo”, señaló Torres.

Esto, mientras atrás del grupo de asambleístas detractores de Llori se conformaba un doble cordón policial que impedía el acceso al salón de sesiones del pleno de la Función Legislativa, por si querían regresar.

Ante este bloqueo volvieron a surgir los pedidos de autoconvocatoria para que los legisladores se reúnan sin necesidad de ser convocados por la presidencia de la Asamblea. Para lograr eso, se necesitan 92 de 137 voluntades, algo complicado de conseguir si se toma en cuenta que la nueva mayoría tiene algo más de 70 integrantes. Eso, si antes no se empuja un nuevo receso legislativo que estaría en análisis del CAL.

Juicio político debe esperar

En la sesión del pleno de ayer estaba previsto conocer el informe de sustanciación del juicio político al contralor subrogante Carlos Riofrío.

La Comisión de Fiscalización sugirió el archivo del proceso al considerar que no se presentaron pruebas a la acusación de incumplimiento de funciones, pero es el pleno el que debe decidir si lo acoge.