KARINA ARTEAGA
Diligencia. La exasambleísta Karina Arteaga se conectó al juzgamiento desde la Corte de Justicia de Manabí.René Fraga

Los aportes indebidos a PAIS eran a todo nivel

Al menos cuatro afectados contaron a los jueces un esquema de cobros ilegal. La sospechosa: una exasambleísta manabita

Nabrit Medina era guardia de seguridad cuando fue convocado a una reunión en el Distrito de Educación de Chone, en Manabí, el 30 de enero de 2018.

Había algunos compañeros presentes en ese encuentro en el que una mujer a quien identificó como asesora de la exasambleísta del Movimiento PAIS, Karina Arteaga, había ofrecido que habría trabajo para quienes accedan a pagar una cuota de entre 15 y 20 dólares mensuales. Pero había una prioridad para quienes habían trabajado en la campaña electoral para la entonces candidata.

Nabrit contó la historia a los miembros del tribunal de la Corte Nacional de Justicia que este lunes 1 de agosto reinstalaron el juicio por posible concusión para la exasambleísta y su exjefa de despacho Jenny Muñoz.

El manabita, padre de dos niños, recordó que el día de la reunión se quedó esperando a ver si alguien de los que trabajaron en la campaña no aceptaba el cargo. Hubo uno que dijo que de guardia no trabajaría y entonces lo tomaron en cuenta.

Estuvo cuatro meses en el trabajo como parte de una empresa que había ganado el contrato de vigilancia para una unidad del Milenio en Chone. Cada mes le tocó pagar 40 dólares a la persona que hablaba en nombre de la exfuncionaria.

En total 160 dólares le entregó solo él. Luego, el rector de la unidad educativa se enteró de que había grabado con su celular la reunión en la que se pedían las dádivas y empezó a sufrir acoso, intimidación y luego el despido. Contó al tribunal que todos los guardias daban el aporte mensual a la exasesora de Arteaga. Además habló de que recibió amenazas contra su vida. Él fue uno de cuatro excolaboradores de Arteaga que declaró bajo juramento ante el tribunal. Todos hablaron de cobros indebidos.

AUDIENCIA KARINA ARTEAGA

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Andrea Utreras es periodista. Fue contratada con un sueldo de alrededor de 1.394 dólares de los cuales la jefa de despacho le comunicó que debía aportar con al menos 75 para PAIS. Entre cuatro funcionarios del despacho debían completar 400. Ella se negó. Habló con la exasambleísta y fue desvinculada del cargo por negarse a pagar el diezmo para el partido del entonces expresidente Rafael Correa. Un esquema que fue desvelado en el caso Sobornos 2012-2016 por el que el expresidente fue uno de los sentenciados.

Dijo que entre las funciones obligadas era quedarse a dormir en el domicilio de Arteaga. No accedió a pagar y fue despedida. Para cobrar la liquidación hubo demora de casi dos meses porque ratifica que Arteaga se negaba a firmar el informe que presentó. Como evidencias entregó a la Fiscalía chats y grabaciones.

De los cerca de 3.500 dólares que ganaba al mes Verónica Pinargote, más de 3.100 iban de vuelta a quien le ayudó con un puesto de trabajo tras ganar las elecciones como asambleísta.

Pinargote se sentó frente a los jueces. A ratos se le quebraba la voz. Pero recordó fechas, días, montos. Relató que acompañó a Arteaga durante la campaña política con la esperanza de obtener un cargo. Lo hizo primero sin remuneración. Luego tuvo un empleo en la Dirección de Educación en la provincia en donde la cuñada de la exasambleísta era la directora. Recibía 400 dólares.

Luego fue a la Asamblea como asesora 1 con más de 2.600 dólares más 750 por residencia. Los al menos tres meses que habría colaborado con Arteaga tuvo que pagar 2.781 dólares para pagar la cuota del vehículo del esposo de la exlegisladora.

Además, bajo juramento les dijo a los jueces que le tocó cubrir gastos de remodelación de un inmueble, instalaciones eléctricas y otras asignaciones.

Pinargote aseguró que recibía malos tratos. “Pobretona, incompetente, que no servía para nada”, era de las expresiones que recordó le habría endilgado la exfuncionaria en las reuniones a las que le obligaba a acompañar. Pero no solo eso. Debía estar pendiente de darle las medicinas, en el día y en la noche y ofrecerle masajes y hasta acompañar a sus hijas.

Otra afectada fue Janeth Orellana, quien trabajaba de doméstica para Arteaga y su madre por 50 dólares mensuales. Pero figuraba enrolada en la Asamblea pues con engaños le habrían hecho firmar documentos que nunca revisó. Todo lo que ahí ganaba debía retirar y entregar a la persona asignada por la exlegisladora. Ella se conectó a la audiencia desde la Corte de Manabí y escuchó cada acusación. Hubo un receso al mediodía de este lunes y siguió por la tarde.  

El detalle

Casos. Norma Vallejo y María Alejandra Vicuña fueron sentenciadas por cobro de diezmos. 19 investigaciones previas no prosperaron. 11 eran de PAIS.