Era 8 de mayo de 2018. Freddy Granda, jefe de Planificación de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), mencionaba que con el paso de los días se esperaba que el en ese entones recién inaugurado puente que une Guayaquil con Samborondón redujera el congestionamiento del Puente de la Unidad Nacional en un 40 %.

Sin embargo, de acuerdo con un estudio de siete alumnos de la facultad de Arquitectura e Ingeniería Civil de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), dirigidos por el docente Fausto Cabrera, hasta agosto de 2018, la congestión vehicular que se formaba en esa avenida se habría reducido en un 8 %.

“Hicimos el análisis antes y después de que funcionara el puente”, explicó Cabrera acerca del ‘Estudio de la movilidad vehicular en la avenida Samborondón y su proyección al año 2025’. 

Según este trabajo, ejecutado en 2018 y que será presentado a los Municipios de Guayaquil y Samborondón en enero del próximo año, antes de que se construyera el paso, por la avenida Samborondón circulaban aproximadamente 102.000 automotores. 

Luego de dos meses de su inauguración, en julio de 2018, los alumnos volvieron a calcular el aforo vehicular de manera manual durante 24 horas y la cifra bajó a cerca de 90.000. La estación de conteo la establecieron cerca de la UEES, en el kilómetro 2,5 de esa arteria.

Para el urbanista Carlos Jiménez, si bien el puente contribuye a descongestionar la avenida en determinado porcentaje, continúan los trancones en La Puntilla, en especial en hora pico. Esto porque considera que el puente Guayaquil-Samborondón es una “solución forzada y a corto plazo”. 

Para Jiménez, hubo mejores opciones para la implementación del puente, que tiene tres desembocaduras: en el kilómetro 3,5 de la avenida Samborondón, en la avenida José María Egas (en Sauces 4) y en el kilómetro 1,3 de la avenida Narcisa de Jesús.

“Una mejor opción era que el puente bordeara Plaza Lagos, conectando al parque Samanes, donde hay una vía de seis carriles con conexión directa a la Francisco de Orellana”, sugirió el especialista en urbanismo.

No obstante, la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) maneja cifras distintas. Fernando Navas, director de Planificación de Tránsito, explicó que lo proyectado era bajar el flujo vehicular del Puente de la Unidad Nacional un 40 %, pero con la construcción de dos alternativas:el puente Guayaquil-Samborondón y el otro paso que va desde la urbanización La Joya a la autopista Terminal Terrestre-Pascuales.

Pero “con la construcción del puente que une Sauces y Samborondón se descongestionó en un 30 %. Es decir, de 50.000 vehículos que iban a Samborondón por esta vía, disminuyó a 35.000 automotores, por cada sentido”, añadió. Datos que concuerdan con lo analizado por al Autoridad de Tránsito de Samborondón (ATS).

A pesar de ello, conductores que circulan a diario en esta vía continúan quejándose del paso ralentizado y embotellamientos en horas pico. Esto ocurre, indicó Jorge Adum, ingeniero civil experto en Movilidad, porque cada año aumenta el parque automotor en Guayaquil y Samborondón.

El especialista indica que, a pesar de que se construyan varias alternativas viales, que efectivamente ayudan a reducir el congestionamiento, el problema con el tráfico en la zona no se solucionará sino hasta que se impulse y mejore el uso del transporte público.

Veinte mil carros pasan por el puente

De acuerdo con cifras de la Autoridad de Tránsito Municipal, por el puente que une Sauces con Samborondón circulan 2.150 automotores en hora pico, es decir que en un día aproximadamente circulan 20 mil vehículos.

Según la proyección que tenían las autoridades de tránsito en su inauguración, en mayo de 2018, por esta vía circularían hasta 60 mil automotores. El estudio de la UEES señala que hasta agosto de 2018 pasaban 40 mil carros.