Luego de que una madre guayaquileña difundiera la historia de su hijo, cuya vida estuvo en peligro luego de haber sido engañado para participar en el reto 'Rompecráneos', el Ministerio de Educación y la Policía Nacional difundieron mensajes de alerta sobre esta tendencia.

"¡Cuidado con tus hijos! Peligrosos retos circulan en Internet y pueden poner en peligro su vida y seguridad", publicó en Twitter la Policía; mientras desde el Ministerio de Comunicación, a través de la misma red social, se hizo un llamado a que los padres dialoguen sobre los peligros "de este nuevo tipo de juegos".

"Los juegos deben sacar la alegría de los jóvenes, no causar violencia. Nosotros como principales de la educación debemos velar por la alegría en las escuelas a través de las actividades ludicas", publicó Javier Oviedo; al tiempo que el usuario César Julio Ortiz hizo hincapié en la necesidad de que, a nivel nacional, se emprendan campañas de prevención para evitar ciertas tipos de prácticas que ponen en riesgo la vida de un ser humano. 

"Alguna vez fuimos adolescentes, pero esto es una completa locura. ¿Será la falta de valores y amor en el hogar los que fomentan este tipo de prácticas?", se preguntó Lorena Berna, madre de un niño de 9 años, guayaquileña.

Ayer, en el reportaje publicado por EXPRESO sobre este reto, que tiene preocupados a los rectores del Puerto Principal, el sociólogo Homero Ramírez, exdirector de la escuela de Sociología de la Universidad de Guayaquil, explicó que estas conductas han existido desde siempre en la cotidianidad guayaquileña y ecuatoriana; y que generalmente los chicos las realizan por buscar reconocimiento y distinción.

Por lo general, este tipo de conductas,, añadió, se dan en adolescentes o niños que no destacan en otros ámbitos como los académicos, artísticos o deportivos, y buscan una forma de resaltar. Precisó que si bien estas conductas no son nuevas, el acceso a la información que hay en la actualidad con Internet y los celulares, las hace más visible y, por tanto, más imitables.

Al respecto, lectores de EXPRESO, como el especialista médico Luis Orellana, sugieren que  actos como estos se frenen nada más que con educación, algo que, dijo, expiró hace tiempo en los colegios, al igual que los valores. "La generación de ahora no entiende el significado de educación. Mas, juega también un papel importante el entorno familiar, que también se ha denigrado", advirtió.