Salud

Las grasas también son tóxicas para el cerebro

El excesivo consumo de alimentos fritos no solo afectan la salud corporal sino al órgano de la inteligencia.

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Este tipo de comida destruye las células nerviosas del cerebro.Pixabay

Es bien conocido que una dieta rica en grasas puede causar obesidad, problemas cardiovasculares, entre otras enfermedades. Pero lo que muchos desconocen es que también puede afectar al órgano pensante: el cerebro, manifiesta una investigación publicada en Cell Metabolism.

Y es que una alimentación copiosa en grasas provoca inflamación en la región del hipotálamo, encargada, entre otras funciones, de regular el hambre y el peso corporal", explicó Sabrino Diano, directora del estudio, a la publicación ABC.

Detalla la experta que dicha alteración ocurre (en el hipotálamo) tres días después del consumo de una comida copiosa en grasas, incluso antes de que el cuerpo comience a mostrar signos de obesidad. "Nos intrigó el hecho de que estos son cambios muy rápidos, ya que ocurren incluso antes de que cambie el peso corporal".

Otros estudios ya ha alertado sobre los efectos de las grasas en el correcto funcionamiento cerebral. El publicado en la revista Neurology, determinó que la ingesta de grasas trans (presentes en las papas fritas, por ejemplo, aumentan el beta-amiloide en el cerebro, proteína que está relacionada con la enfermedad de Alzheimer. "Estas grasas ralentizan los reflejos y nuestra capacidad de respuesta cerebral y aumentan el riesgo de sufrir un derrame", señaló el experto en nutrición Tori Holthaus.

Cuando cocina con aceite (hay unos más peligrosos que otros) este se convierte en grasa saturada, que ayuda al colesterol a ubicarse en las arterias. Los alimentos fritos destruyen lentamente las células nerviosas del cerebro, deteriorando su capacidad para aprender y formar nuevos recuerdos, explica Terry Davidson en un artículo publicado en la revista Neurology.

No solo las grasas afectan la capacidad cognitiva, también el exceso de sal y azúcar, entre otros productos. Por eso la clave no está en eliminarlos por completo de la dieta, sino en consumirlos en pequeñas raciones. Para lograr conservar un cerebro sano  realice ejercicios, escuche música, practique ajedrez, haga crucigramas y analice las noticias del día).