Los primeros brotes del coronavirus encendieron sus alarmas. No era para menos. Como azafata de una línea aérea local, Gabriela Castaño sabía que estaba en la primera línea de posibles afectados. Lavarse las manos y evitar el contacto se convirtieron en un rito constante. Lo que no imaginó es que, además de preocuparse por el riesgo de contagio, también debía preocuparse por la permanencia de su puesto de trabajo. 

“En cuestión de días, conforme se empezaron a reportar casos en América Latina y Estados Unidos, la gente empezó a cancelar o cambiar sus vuelos. Pasamos de diez frecuencias a siete, y hasta en los vuelos nacionales hay pocos pasajeros”, indicó.

Las medidas de emergencia llegaron esta semana no solo para la aerolínea en la que trabaja y prefiere no nombrar, sino para la mayoría de las empresas aéreas extranjeras con presencia en el país. La decisión generalizada fue la reducción de frecuencias, principalmente en los vuelos internacionales. El recorte fluctúa entre un 30 % y un 40 %.

“Frente a un escenario complejo y extraordinariamente dinámico, Latam está tomando medidas inmediatas para resguardar la sostenibilidad de la compañía, protegiendo los planes de viaje de pasajeros y cuidando el empleo de los 43 mil trabajadores del grupo”, manifestó Roberto Alvo, vicepresidente comercial de la empresa chilena.

“El aumento de casos de coronavirus genera un alto impacto en la industria aérea. Si bien el efecto a mediano plazo aún es incierto, a corto plazo se evidencia una caída marcada en la demanda de viajes (…) porque reduciremos nuestra capacidad entre un 30 % y un 40 %”, dijo Silvia Mosquera, Chief Commercial Officer de la colombiana Avianca. 

A nivel mundial, el panorama es poco prometedor. Cinco compañías aéreas en varios países europeos, entre ellos Reino Unido y Finlandia, se han declarado en quiebra. Y tras la prohibición del ingreso de vuelos provenientes de Europa a EE. UU., se prevé que otras sigan ese camino. Según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, producto de las limitaciones fronterizas y la emergencia sanitaria la industria perderá $ 113 mil millones este año.

El turismo no correrá con mejor suerte. EXPRESO consultó a la Organización Mundial de Turismo (OMT) sobre la afectación del sector. Hasta enero, las proyecciones para el crecimiento en América Latina eran del 3 % en comparación con el año anterior. Ahora, según la organización, las cifras serán negativas, con reducciones de visitantes internacionales de hasta un 3 %, lo que representará cerca de $ 30.000 millones menos en ganancias mundiales.

Pese a ello, la entidad es optimista sobre la recuperación de la industria. “El sector ha experimentado declives en 2003 después del SARS y en 2009 en medio de la crisis económica y financiera, con una recuperación vigorosa y rápida en los años siguientes”, comentó Zurab Pololikashvili, secretario general de la OMT.

A nivel nacional, las cifras también preocupan. Datos de la Federación Nacional de Cámaras de Turismo del Ecuador indican que la ocupación hotelera es de tan solo el 20 %.

“La situación es peor de lo que imaginábamos. Necesitamos que el Gobierno establezca medidas para paliar la situación, pues los empresarios que invierten en este sector se verán gravemente afectados y no tendrán cómo pagar sueldos o a sus proveedores”, señaló Holbach Muñeton, titular de la entidad.

Fondos de emergencia y fusiones

Un análisis del grupo Citi indicó que, desde el brote de coronavirus, las principales aerolíneas europeas están entrando rápidamente en déficit, lo que podría obligarlas a fusionarse para sobrevivir. “El freno en los ingresos es sorprendente”, establece el documento. 

Mientras tanto, en EE. UU. aerolíneas como United solicitaron al Gobierno de ese país plantearse la posibilidad de extenderles fondos de emergencia para mantener las operaciones.